Ayer soñé que sabía volar, estaba convencida de ello. Creía que
podía lanzarme al vacío y frenar en el último instante para alzar el vuelo. Estaba
convencida.
No había fantasía que cambiara la realidad que veían mis ojos, tenía
alas. Brillaban y me salvarían de cualquier error.
Al despertar de mi sueño, tome consciencia de que era sólo
eso, un sueño. Me levante de la cama y note algo en mi espalda, estaban ahí… No
podía ser cierto, estaban conmigo. ¡Podía lanzarme al abismo!
Miré al frente, lista para saltar y observé las rejas. Estaban rodeando
la habitación… ¿De qué sirve tener alas si soy incapaz de escapar? Tiré de
ellas con todas mis fuerzas y sentí como se desangraba el alma y formaba una
coraza. Cada vez más dura, cada vez más fuerte.
…Y así las nieves más blancas se esconden en el oscuro castillo
de los doce mineros……
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